Moda, placer, opiniones dispersas, falta de conciencia, pereza para pensar y reflexionar, exploración, indagación, cacería de la verdad.
Que hacemos aquí y a donde vamos son cuestionamientos que no cesan en mi cabeza, la bipolaridad de ideas que aturden mi cerebro con respecto al futuro incierto son más que solo ideas y pensamientos, son mensajes que se pueden convertir en sucesos palpables y reales dependiendo de la intensidad de repetición de tales.
No es secreto pero si es ignorado el hecho de que lo que pensamos es un decreto fundamental y esencial para lo que se va tejiendo a nuestro alrededor, en nuestras vidas, nuestra bibliografía; pero la falta de atención y la escasez de conciencia colectiva es algo que fuera de ser opinión personal continua perjudicando y cegando a la humanidad, lo sabemos, lo conocemos, lo hemos escuchado pero aun así decidimos hacer caso omiso pues es más fácil señalar a otros o a causas ajenas que empezar a trabajar en nosotros mismos.
Y a fin de cuentas ¿quién es uno para dar consejos?, ¿qué necesidad usurpa nuestro ser para creernos superiores a los demás? Sera acaso la voz de ego, del “yo” interno que todo lo quiere y todo lo “puede” el que se apodera de nuestra parte consiente, que por derecho universal todos tenemos pero pocos trabajan, lo que no nos permite despertar del sueño irreal en el que nos encontramos sin percatarnos de lo efímero y tullido que en realidad resulta ser.
Si lo que necesitamos es algo que detone nuestra atención, el momento ha llegado, pero, ¿qué clase de atención está adquiriendo? Probablemente no la adecuada y seguramente la que menos nos conviene como resultado final.
Creo firmemente en el poder del pensamiento y la palabra (aunque esta última está cada vez peor enfocada), creo en el poder de la mente y del ego pero también creo en el poder de la autodestrucción inadvertida y con esto me refiero a la…no sé si llamarlo capacidad o maldición, que tenemos los seres humanos de llevarnos al epilogo de nuestras propias historias tan rápido como si tuviésemos prisa de llegar al final y creo también en la asombrosa aptitud que solemos tener para cambiar repentinamente y sin vacilar cuando realmente lo creemos necesario.
No pretendo empapar mentes ajenas con positivismo hipócrita, pretendo sembrar principalmente en mi interior la semilla del conocimiento y aprendizaje por medio del uso constante de nuestras propias herramientas, ¿cuáles son? Precisamente el pensamiento y la palabra, según mi entendimiento.
Honestamente pensar positivo en un mundo y sin ir tan lejos, país en el que me tocó vivir no es precisamente honesto ni posible, por lo menos no es nada fácil para un simple mortal como yo pero empezar a trabajar en ello es totalmente realizable además de considerarlo una necesidad actual.
Que pienso y como lo pienso es responsabilidad mía y de nadie más, por lo que he decido hacerme responsable de ello y asumir el compromiso que esto conlleva consigo, no se trata de positividad y negatividad, no creo en eso, no hay extremos ni definitivos solo existe la verdad y evolución y estoy convencida que el pensamiento puede llevar a una evolución.
El miedo existe porque nosotros lo hemos creado, toléralo, ponle atención pero no lo sigas, mejor, suprímelo, enfréntalo.
Me ha resultado más doloroso escuchar y abrazar como míos los límites del miedo, que arrancarme como si fuera piel la venda de los ojos y ver de frente al siguiente reto. Al final, resulta más gratificante.
Es de ingenuos el camino de la incomprensión y bienaventurados aquellos porque el camino de la conciencia es duro y desgarrador; llámenme masoquista pero si bien soy parte de esa misma inconciencia, lucho día a día por seguir en la vereda de la reflexión.
Mafer.